Entender el sistema electoral mexicano es como entender un subsistema dentro del cuerpo enorme en el que sirve el sistema político mexicano.

El sistema electoral mexicano se mueve como un bicho extraño ante los elementos y principios con los que nació el país, un régimen republicano, para convertir a nuestras Asambleas en oligarquías con partidos minoritarios sin el calificativo de calidad indispensable para cualquier Institución Política, en el que solo se concentran los intereses particulares o partidístas en detrimento de las Instituciones Mexicanas.

El IFE como supersecretaría, siendo que concentra facultades de administración, decisión, fiscalización y sanción, se convierte en un subsistema totalmente burocratizado que sirve únicamente para dar fe a los deseos tremendos (Recordemos que desde el momento en que se creo el IFE, no ha habido mayorías congrecistas que ponen freno al desarrollo del país en pro de intereses partidistas) de cambiar la forma de gobierno de nuestro país para asimilarnos a otros gobiernos, como lo son los nombrados parlamentarios, afectando de manera decisiva las nociones de deliberación que eran vivo y sano reflejo cuando existía mayoría congrecista (Claro, cuando México estaba sano, antes de 1946) y nuestra país era una República.

Por lo que concluyo que el hablar del IFE como Institución de buena fé, con tendencia de proteger la democracia, es simplemente carecer del conocimiento y la intensión verdadera de este instituto, siendo que nació y creció como un elemento contrario para el aparato que es el Sistema Político Mexicano.

No se por que ahora, siendo que el IFE nació como elemento contrario a la democracia, quieran hacer creer a la gente que la elección fue transparente. NO ME QUIERAN VER LA CARA.

OPINIONES AL REVERSO