¿Qué es una Constitución?

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Hace poco tuve contacto de nueva cuenta con la obra ¿Que es una constitución? de Ferdinand Lasalle, (obra que se hizo escrita de una conferencia dada en Berlín en 1862), La salle ha sido considerado como un buen jurista con el genio de convertirse en el mejor de los constitucionalistas de la época moderna. Claro a Lasalle lo evalúan con la lente del guru moderno Weber, pues a Weber le atribuyen conceptos geniales de política, siendo que claramente lo que el explica es la tendencia moderna del despotismo a todas luces: el legitimo manejo de la violencia a través de definiciones erróneos de Constitución, Estado, Política y Ley.

Lasalle no se aleja mucho de estas características, puesto que el es el primero en ahogarse en su propio revoltijo, Lasalle es quien abre la brecha a que la gran mayoría de los constitucionalistas contemporáneos aprendan esa capacidad moderna de autoexplicación, devenida de los contractualistas iusnaturalistas de la Revolución Francesa, entre ellos, el peor, Rosseau, quien buscan darle la imagen de lo mejor a lo peor y visversa, darle a lo de peor calidad el rango superior, como ver con espejo los pies, sin reconocer su calidad, lo inferior busca mandar a lo superior.

¿El ensayo que practica Lasalle es consecuencia de su semejanza a lo capitalista, frecuentando todo lo contrario en sus propuestas y ponencias? Lasalle se abanderaba bajo la ideología que modernamente se le llama de izquierda, socialista o democrático para ser mas claros, pero lo que el nunca supo es que sus estandartes presentan dos vistas; primero, un arreglo con reflejo a su contrario -Los contrarios se acompañan de lo igual a su persona- y segundo una semejanza cifrada en su característica de hegemonía -ideologías que propugnan antes de poner lo mas apto y mejor a lo peor y con mas deseo en las estructuras de poder, antes verdaderas magistraturas publicas, montadas en el alto, la felicidad de todos y excepcionalmente la propia, ahora, visto en lo posterior. Es una actividad harta cotidiana de los modernos.

¿Se puede decir entonces que Lasalle y así todos los teóricos modernos danzan en un camino sin rumbo, en el que los unos chocan con los unos? Si y no. Primero pasemos al si.

La gran mayoría de los cientificistas modernos que toman como principio de sus estudios al Estado Moderno de la Revolución oligárquica francesa para designar lo políticamente correcto se encuentran en esto un revuelo de justificaciones de sus actos mas perversos, ejemplo de eso lo es la denominación moderna de las guerras, de las justas a las injustas, planteando las injustas como legitimas. Ignorando y negando su naturaleza mercantil, perogruyando que sus constituciones son democráticas. Poniendo en entre dicho su principio y denostando su falta de acertividad y realidad.

Bueno pasando de lo falso a lo temprano y despierto, la respuesta del no.

Si analizamos correctamente la cadena de los ciclos políticos que los griegos plasmaron en sus obras magistrales, podemos decir que la naturaleza de la modernidad es la oligárquica con una adjetivo democrático (el primero de los pocos ricos y el segundo de los muchos pobres sin virtud). Ahora bien, no muchos teóricos modernos ensalzan sus obras con estos principios, ya que se alejan de toda justificación subjetiva y objetivizan la realidad, lo que no muchos logran tolerar ya que necesitan la satisfacción de sus más bajas pretensiones mediante el placer de lo malévolo. Entre los pocos teóricos modernos que hacen uso de los conocimientos sabios de los helénicos se encuentran en primer termino al profesor, noble hombre, de la facultad de ciencias políticas de la UNAM, Patricio Marcos de quien nos serviremos para darle impulso a este ensayo.

LASALLE FRENTE A LA POLÍTICA ANTIGUA

Sucede así que el conocimiento del principio es plena visión de nuestro final, puesto que nuestro principio es el eje de nuestros actos, ya sean voluntarios o involuntarios.

Bien, al comienzo de este ensayo se hace la referencia de tres conceptos de los cuales solo uno es principio y que los demás son secundarios ante lo magnífico. Esto lo considerare para ubicar la tendencia Lasallista.

Política, para muchos es la Ciencia que se encarga de estudiar al poder. Concepto, que mas bien describe las trabas de la realidad moderna -que está mas allá que pacá- la del despotismo y sus afanadas oligarquías, por que la materia primera de la política no es el poder, sino que es la autoridad, grado distinto del que pertenece el poder en la estructura del gobierno, puesto que la autoridad pertenece a la cabeza, a la mente, el poder a cualquier otra parte menos a la primera. Digamos y para dar como primera referencia, la política en una familia pertenece al buen gobierno de un buen padre, si éste como sucede en los despotismos sirve primero para sí y no a su esposa en principio y a sus hijos, esta se desmorona en el aspecto ético y posteriormente se separa.

Lasalle en la obra citada, organiza al poder, que para el es enferma razón de organización política, en 6 factores reales de poder (Cabe aclarar, la autoridad como el embarazo no se divide en partes, o es o no es).

La monarquía, es el primer factor real de poder considerado por Lasalle, a la usanza moderna norteamericana y europea, es el detentador del poder de la violencia, el general supremo de las armas, como única función de verdadera monarquía, por que en otros términos no es mas que un portavoz de los intereses de las Cámaras Altas, ya que interna y externamente es el mensajero de las decisiones tomadas en Asambleas, no como la autoridad paterna por excelencia;

Otro punto que cabe resaltar al respecto es esa intención de asesino en la que coloca Lasalle al monarca, ya que antes de existir un ejército que proteja a sus ciudadanos, es un ejército que protege al monarca de sus ciudadanos, en caso de que este se vuelva loco. Lasalle practica con reyes que más que reyes son parricidas, ya que en los estados los gobernantes son antes padres que hijos, siendo que en todo gobierno despótico primero se es hijo de la patria que padre de un estado.

La segunda, Lasalle considera a la aristocracia, que más bien se denominaría oligarquía plutocrática; Al respecto Lasalle dice a los prusianos:
Somos dieciocho millones de prusianos, entre los cuales sólo se cuentan un puñado cada vez más exiguo de grandes terratenientes de la nobleza. No vemos por qué este puñado, cada vez más reducido, de grandes terratenientes ha de tener tanta influencia en los destinos del país como los dieciocho millones de habitantes juntos, formando de por si una Cámara alta que sopesa los acuerdos de la Cámara de diputados elegida, por la nación entera, para rechazar sistemáticamente todos aquellos que son de alguna utilidad.

La usanza Lasallista, y la moderna, lleva a considerar ya no a la nobleza en su real sentido como lo que es, el carácter que busca el honor y que otorga su sabio Consejo para alcanzar el bien de los todos así como el de la armonía entre las diferentes clases, ya sean anteriores o posteriores, negando totalmente la consideración de influencia, siendo que ésta para Lasalle es totalmente para buscar el bien propio.

Dejándonos en claro más adelante la postura anteriormente expuse, Lasalle nos dice, mejor dicho, les dice a los prusianos:

“Si en la Constitución se quiere proclamar que un puñado de grandes terratenientes aristócratas reunirá en sus manos tanto poder como los ricos, la gente acomodada y los desheredados de la fortuna, como los electores de las tres clases juntas, es decir, como el resto de la nación entera, el legislador se cuidará también de no decirlo de un modo tan grosero -no olviden ustedes, señores, dicho sea incidentalmente, que la claridad en la expresión es grosería-, sino que le bastará con poner en la Carta constitucional lo siguiente: los representantes de la gran propiedad sobre el suelo, que lo vengan siendo por tradición, con algunos otros elementos secundarios, formarán una Cámara señorial, un Senado, cuya aprobación será necesaria para que adquieran fuerza de ley los acuerdos de la Cámara de diputados, en la que está representada la nación; de este modo, se pone en manos de un puñado de viejos terratenientes una prerrogativa política de primera fuerza, que les permite contrapesar la voluntad de la nación y de todas sus clases, por unánime que ella sea”.

La tercera o no muy distinta a la anterior, así como la cuarta es la clase de la gran burguesía, la cual define de la siguiente manera y explica el porque de su semejanza:

Vean ustedes cómo y por dónde aquellos caballeros, los señores Borsig y Egels(Notables y poderosos industriales prusianos- cita de la obra-), los grandes industriales todos, son también un fragmento de Constitución.

La cuarta es la que se compone por los banqueros, los encargados de mantener las finanzas en manos de pocos ricazos, ya sean los banqueros, los propios industriales con afanes mercantilistas o de los sucios oligarcas, mal llamados aristócratas.

Por último, Lasalle habla de dos cúmulos, con nombres republicanos, pero que en real sentido preconizan meramente la intención democrática de los ahí nombrados, a saber: La conciencia colectiva y las clases obrera y comerciantes menores, estos como mero símbolo de la inexistencia de los mismos dentro de los factores reales de poder que Lasalle cree poder ensayar como tal.

Como adendum, político para adquirir este carácter precisa de deliberar bajo este título, siendo que para que toda deliberación se considere política tiene que seguir los siguientes escalones.

a) Determinar su forma de gobierno y por lo tanto sus leyes.
b) Sus vías y sus medios
c) Sus relaciones comerciales, tanto internas como externas
d) La seguridad nacional
e) La guerra y la paz

Esquematizando, la forma de gobierno es el eje de todo estado, si esta inicia mal, todos los demás seguirán su naturaleza y por lo tanto no encontrará mas que un camino desbocado.

Constitución, para la idea concebida de modo voluntario y agresivo, que caracteriza a Lasalle, existe solo un tipo de constitución, clara haciendo énfasis a las no existentes para él, que para una situación de clasificación es lo mismo, el dice y ya tajante:

“He ahí, pues, señores, lo que es, en esencia, la Constitución de un país: la suma de los factores reales de poder que rigen en ese país”.

De nueva cuenta, Lasalle creyendo que a quien se dirige es al auditorio con un discurso por demás tedioso y aburrido, ya que el único interlocutor y receptor existente en su conferencia es él, se dirige a él diciéndose continuamente:

“Allí donde la Constitución escrita no corresponde a la real, estalla inevitablemente un conflicto que no hay manera de eludir y en el que a la larga, tarde o temprano, la Constitución escrita, la hoja de papel, tiene necesariamente que sucumbir ante el empuje de la Constitución real, de las verdaderas fuerzas vigentes en el país”.

Y otro embrollo Lasallista mas adelante.

“Desplazar los factores reales y efectivos de poder dentro del país, inmiscuirse en el Poder ejecutivo, inmiscuirse en él tanto y de tal modo, socavarlo y transformarlo de tal manera que se le incapacitara para ponerse ya nunca mas como soberano frente a la nación, esto, lo que se quería precisamente evitar, era lo que importaba y lo que urgía; esto era lo que había que echar por delante para que la Constitución escrita que luego viniera fuese algo más que un pedazo de papel”.

De los anteriores párrafos traemos a colación su propia clasificación.

Solo existen dos constituciones, la escrita y la real.

La escrita es la que el entiende como constitución de papel, y la real es la que considera todos los factores por el argüidos.

Ahora, citando a Patricio Marcos, podemos decir que entre lo que dice Lasalle y sus contrarios, podemos ubicar ahora no una constitución real como lo dice Lasalle, primero encontramos una Autoridad real y otra que ni es real ni es autoridad.

Bien, cuando no hay autoridad, en cualquiera de sus tres modos, Real, aristocrática o Republicana, nunca habrá una Constitución, que para el caso sería una Constitución buena.

En caso contrario, si lo que intenta gobernar de modo despótico a los pueblos son los poderes, ya sea detentado por la intemperancia de uno, la búsqueda de la riqueza a toda costa de unos pocos, o la falsa concepción de la libertad de los muchos, se estará ante un pueblo sin autoridad y sin gobierno, expuesto ante los deseos incontenibles de uno, de pocos ya de todos, aquí nos encontramos ante malos gobiernos, o mas bien ante despotismos.

La existencia, ya sea de un despotismo o de un buen gobierno no depende de la existencia de un escrito donde se exprese la voluntad de los pueblos, incluso, podrá haber una Constitución Regia, con un ejercicio republicano y estar a la cabeza un Tirano con tendencia oligárquica.

Aquí queda claro que una Constitución, ni es real, ni escrita, como no lo quería decir Lasalle, siendo que a independencia de una, la real llega a ser escrita, si entre líneas consideramos a Lasalle este llega a lo mismo, solo que una no toma en cuenta sus enfermos factores reales.

Estado, la cultura moderna no ha dejado de ensayar un modo de vida pasional y dormido, en el que tanto los deseos son tan varios como la forma de saciarlos, conformando así no estados ni naciones, sino una especie de asociación despótica, en la que los muchos buscan saciar sus mas oscuros deseos y pasiones, y solo unos cuantos, contados con dedos pueden escaparse de esto.

Así, Lasalle dice en relación a los Estados lo siguiente:

“La verdadera Constitución de un país sólo reside en los factores reales y efectivos de poder que en ese país rigen, y las Constituciones escritas no tienen valor ni son duraderas más que cuando dan expresión fiel a los factores de poder imperantes en la realidad social, de ahí los criterios fundamentales que deben ustedes retener”.

Aquí, Lasalle hace notar su contenido meramente teórico, ya que tiene elementos de carácter facultativo, a la vez buenos pero no completos, una especie de persona de medio torso, a quien solo gobierna una parte del cuerpo y la otra se encuentra desvocada al deseo.

Patricio Marcos nos da una definición adecuada de lo que es el Estado: “Es la disposición de alma que se tiene frente a nuestras capacidades y pasiones”.

Todo depende de cual sea nuestra preponderancia en cuanto a nuestros deseos, si se entrega a el o simplemente se le gobierna, será nuestra disposición de alma la que gobierna sobre estos.

Por último, se hace un recuento de lo estudiado, se entiende que los Estados determinados por Lasalle siguen la naturaleza de los estados de corte Plutocrático, en el que los esquemas se fundamentan en el poder, así como se determina una línea que sigue la sustentación de ese poder, el dinero.

Planteando en principio un déspota que no sea derrocado de su poder a través de su ejército hacia adentro, posteriormente tenemos una plutocracia o base oligárquica que detenta todos los medios y vías necesarios para solo estancar la riqueza y así las oportunidades en solo unas manos.

Tres, se entiende que la política comercial se fundamenta en la conquista a toda costa de la mayor parte de los mercados tanto internos como externos para enfocar la riqueza en unas muy pocas manos.

Cuarta, La disposición al interior es la del aumento de las diferencias de los ricos y los pobres y la violencia ejercida a través de este estandarte, en cuanto al exterior se plantea la guerra mercantil fundamentada en las supuestas grandes burguesías y los banqueros, en las que a través de la violencia se ocuparán nuevos mercados que traigan así mas ingresos a los pequeños grupos que detentan el dinero.

La quinta, es la referente a la paz, siendo que la sociedad despótica en la que Lasalle cifra no solo a Prusia, sino a toda la orbe moderna, se cifra en la guerra contínua de sentimientos subjetivos y del aumento de las vicisitudes que se cifran en el dinero.

COMO LA FLOR DEL ENSAYO. LAS FORMAS DE GOBIERNO

Escarbando entre las formas que Lasalle propone -mera ideología- encontraremos un poco de verdad, pero claro con la linterna que los sabios griegos nos recuerdan.

En principio dentro del orden político de origen encontramos a la Monarquía, el gobierno predominante del mejor de todos los hombres, en el que se dice qu la verdadera autoridad solo rige unos pocos años y esta se degrada al segundo nivel.

El segundo, y cambio total de la verdad de un solo hombre, proviene la autoridad de los pocos sabios, quienes por virtud aprenden del rey y gracias a la aplicación del ciclo político de la vida de los gobiernos, los reyes van perdiendo y por lo tanto los pocos que aprendieron de el tendrán que tomar el gobierno y seguir con el ciclo.

Al respecto, Lasalle, dice lo siguiente, claro esto como tizne de sabiduría en su obra:

"La Constitución de ese país no puede ser más que una Constitución feudal, en que la nobleza ocupe enodo el lugar preeminente. El príncipe no podrá crear sin su consentimiento ni un céntimo de impuestos y sólo ocupará entre los nobles la posición del primus inter pares, la posición del primero entre sus iguales en jerarquía".

En los gobiernos buenos de corte noble, se nombra a un Príncipe, que antes de ser inferior o superior a la nobleza es igual a ellos, por ello la suprema primus inter pares, demostrando así que los que gobiernan son los sabios y que ahí el príncipe solo es una especie de director de los asuntos propios de la nobleza.
Pero claro, Lasalle reniega este principio, el cual se fundamenta en la vida noble por otro principio, el de la usura, la producción sin sentido y el lucro vergonzoso:

No ignoran ustedes, señores, que el gran capital no podría en modo alguno producir bajo el sistema medieval de los gremios, que la verdadera industria y la industria fabril, la producción por medio de máquinas, no podrían en modo alguno desenvolverse bajo el régimen de los gremios medievales.

La tercera y última forma de gobierno anterior, o buena es la que nace de todos los buenos gobiernos bien educados, cabe aclarar que en general todos los gobiernos buenos son Repúblicas, que aunque en unas gobierna el mejor de todos, en otra los mejores, en la república gobiernas todos y todos deliberan sobre los asuntos públicos, recordemos la etimología de República, res y publica, latín ambas, que significan cosa y público, la cosa de todos. Los todos iguales libres y amigos.

Al respecto Cicerón nos dice:

"Síguese, pues, que la naturaleza nos ha hecho justos para participar el uno del otro y comunicar entre todos (y así quiero que sea entendido en toda esta disputación esto, cuando diga que es la naturaleza); pero que tanta es la corruptela de la mala costumbre, que sean extinguidas por ella esas como chispas dadas por la naturaleza, y nazcan y se confirmen los vicios contrarios. Porque si, del modo que es por naturaleza, así los hombres, por su juicio, nada de lo humano reputasen ajeno de sí, como dice un poeta, sería respetado el derecho igualmente por todos. Pues a quienes ha sido dada por la naturaleza la razón, a ellos mismos ha sido dada también la recta razón; luego también la ley, la cual es la recta razón en el mandar y prohibir; si la ley, también el derecho; es así que a todos ha sido dada la razón, luego el derecho ha sido dado a todos. Y rectamente Sócrates solía execrar a aquel que primero hubiera separado de la naturaleza a la utilidad, pues se quejaba de que aquello era la cabeza de todas las desdichas. De donde viene también aquella frase de Pitágoras: Las cosas de los amigos son comunes, y amistad es igualdad. Por lo cual se ve claramente que cuando un varón sabio haya juntado en alguien dotado de una virtud igual esta benevolencia tan amplia y largamente difundida, entonces se efectúa esto, lo cual parecerá a algunos increíble, pero es necesario, que en nada se estime a sí mismo más que al otro. Pues ¿qué es lo que ha de diferir, cuando todas las cosas sean iguales? porque si pudiere haber diferencia tan solamente en algo, el nombre de amistad habrá muerto al instante; la virtud de la cual es ésta, que, en cuanto quiera más algo para sí que para otro, sea nula".

Así, hacemos notar que las formas de gobierno son tres y solo tres, las cuales se diferencian en dos cosas; en el número, puesto que en una gobierna uno solo, en otro muchos y en el último todos; en carácter, puesto que en el primero gobierna la templanza, en el segundo el honor y la nobleza y en el último la libertad y la amistad entre todos.

Ya para terminar, lo que Lasalle ensaya con los modernos se ve reflejado en una obra llena de las descripciones oligárquicas de más bajo nivel, y que ahora es denominada joya de las mas bajas pretensiones, ya sea a través de la usanza del dinero de forma avara, a la igualdad de todos los esclavos o a la subjetividad de un solo individuo






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