Nuevos Planteamientos sobre el Sida

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LOS AGENTES ESTRESANTES INMUNOLÓGICOS
SON LA VERDADERA CAUSA DEL SIDA

Breve resumen de los puntos de vista de Roberto Giraldo, MD*
sobre las causas y soluciones del SIDA, septiembre 2004

(1) El VIH no puede ser la causa del SIDA

Existen abundantes hechos científicos que indican como el denominado virus de la inmunodeficiencia humana o VIH, no cumple los requisitos de la epidemiología, los de la biología, ni los del sentido común para ser la causa del síndrome de inmunodeficiencia adquirida o SIDA (1-22).

El VIH no es ni necesario, ni suficiente, ni siempre antecede al desarrollo del síndrome (3,4,12,20). Así lo constatan los miles de casos de SIDA que son VIH negativos (23-26) y toda una multitud de personas absolutamente sanas y que nunca desarrollan SIDA, a pesar de ser VIH positivas (27-29). Además, hay muchos individuos que primero desarrollan inmunodeficiencia y sólo después se tornan VIH positivos (30-33); lo cual indica que el fenómeno conocido como VIH antes que ser causa, es un efecto de la patogénesis del SIDA.

El VIH sí existiera, de todas maneras por ser un retrovirus, no podría ser un virus patógeno y por lo tanto no podría explicar las alteraciones inmunológicas, ni la patogénesis, ni las manifestaciones clínicas, ni la historia natural del SIDA (2-11). Sin embargo, existe una abundante documentación objetiva que señala como lo que conocemos como VIH, ni siquiera es un virus con existencía real. El VIH jamás ha sido aislado ni purificado como partícula viral (virión) libre e independiente (34-38), como se hace con los virus verdaderos.

Como tampoco ha podido demostrarse que el fenómeno conocido como VIH destruya al sistema inmune y cause el SIDA, los investigadores que defienden entusiaticamente al VIH como la causa del síndrome, proponen a una gran variedad de agentes como cofactores o ayudadores del VIH en la génesis del SIDA (39,40). Sin embargo, esos “cofactors” son por sí mismos agentes inmunosupresores y las exposiciones múltiples, repetidas y crónicas a ellos generan SIDA sin necesidad de la presencia del VIH. Por esto prefiero llamar a esos “cofactors” agentes estresantes inmunológicos (14-20).

Los siguientes son algunos de los agentes inmunosupresores que han sido reportados como “cofactores” del VIH (agentes estresantes inmunológicos): Alcohol, cocaína, heroína, marihuana, cigarillo, anfetaminas, nitritos volátiles como los denominados “poppers”, contaminantes químicos del medio ambiente, alergenos, citomegalovirus, virus herpes tipos 1, 2 y 6, herpes zoster, virus de Epstein Barr, adenovirus, otros retrovirus, virus de las hepatitis A, B y C, papovavirus, micoplasmas y otros superantígenos, tuberculosis, lepra, malaria, tripanosomiasis, filariasis y otras enfermedades tropicales, enfermedades de transmisión sexual, semen, sangre, factor VIII de la coagulación, miedo, temor, ansiedad, depresión, pánico, insomnio, falta de reposo, ejercicio extenuante, malas condiciones sanitarias, pobreza, malnutrición y las deficiencias vitamínicas y de antioxidantes (41-58).

El estudio cuidadoso de la literatura científica permite concluir que el SIDA no es una enfermedad infecciosa y que tampoco se transmite sexualmente (1-22). La transmisión vertical del SIDA de la madre al feto durante el embarazo y el parto o a través de la leche materna son simples mitos o suposiciones sin ninguna evidencia objetiva (59-61). La transmisión del SIDA por la sangre supuestamente infectada con el VIH, tampoco es cierta (7,13). Inclusive, investigadores que defienden al VIH como la causa del SIDA, también cuestionan con argumentos muy convincentes el mito de la transmisión del SIDA (62-66).

De otro lado, las personas “VIH negativas” que tienen niveles normales de nutrientes y de antioxidantes no seroconvierten a “VIH positivos” o “seropositivos” (67-69). Además, las personas “VIH positivas” que tienen niveles sanguíneos normales de nutrientes y de antioxidantes nunca desarrollan el SIDA (70-82). Inclusive la muerte de las personas que desarrollan el SIDA, depende mucho mas de sus alteraciones y deficiencies nutricionales que de cualquier otro factor (82-89). Se ha demostrado además, que las madres embarazadas “VIH positivas” que tienen niveles sanguíneos normales de nutrientes y de antioxidantes durante el embarazo, dan a luz a bebés “VIH negativos” (90-96). Por lo tanto se requiere disminución de los niveles sanguíneos de nutrientes y de agentes antioxidantes para que ocurra la “seroconversión” o lo que se conoce como “transmisión del VIH/SIDA” y lo mismo se requiere para que ocurra el progreso de “seropositivo” a desarrollar las manifestaciones clínicas del SIDA, así como la posibilidad de morir de este síndrome. Lo anterior indica claramente que la disminución de los niveles sanguineos de nutrientes y de antioxidantes juega un papel crucial en la patogénesis del SIDA así como en el curso y pronóstico de la enfermedad.

(2) Las verdaderas causas del SIDA

La circunstancia realmente nueva que rodea a todos los grupos de personas que con mayor frecuencia desarrollan el SIDA, es su exposición exagerada en las últimas décadas, a una variedad de agentes estresantes inmunológicos que pueden tener un origen químicio, físico, biológico, mental y nutricional (14-20).

Por ejemplo, lo nuevo en algunos sectores de la comunidad homosexual de los países industrializados es el uso de afrodisíacos y drogas sicoactivas iniciado en la déada del setenta (5,9-11,97,98). En estos mismos paises desarrollados, los niños que nacen con SIDA, nacen de madres expuestas durante el embarazo a drugas sicoactivas y a otros agentes estresantes (10,11,99,100). En cambio, en el Africa, el Asia y el Caribe las circunstancias nuevas son los niveles insoportables de pobreza a que han sido sometidos sus habitantes durante muchas décadas. Nunca antes la pobreza había sido tanta y tan generalizada y la riqueza tanta y tan concentrada en las manos de unos pocos (101-104). En estos paises subdesarrollados la pobreza con todas sus consecuencias como la malnutrición, la falta de agua potable, la mala disposición de excretas y basuras, las infecciones y los parásitos son el principal factor de riesgo para el SIDA (17-22).

Los agentes estresantes inmunológicos varían por lo tanto de persona a persona, de grupo de riesgo a grupo de riesgo y de continente a continente.

De otro lado, es importante mantener en mente que las evidencias científicas indican claramente que las enfermedades degenerativas del adulto dependen en gran medida de las condiciones nutricionales de la madre durante el embarazo (105-114). De igual manera, las deficiencias nutricionales durante el embarazo dan por sesultado que los bebés nazcan con deficiencias innunológicas, las cuales los pueden acompañar por el resto de sus vidas (115-119). En animales de experimentación por ejemplo, las consecuencias de la malnutrición durante el embarazo se traducen en inmunodeficiencias de los animales recién nacidos y estas deficiencias inmunológicas se transmiten hasta por tres generaciones, así las generaciones intermedias hayan sido bién alimentadas (115,120).

En los paises pobres por lo tanto, la pobreza no es un hecho estático: Las evidencias científicas indican que las consecuencias de la pobreza se han estado transmitiendo de generación en generación en forma acumulativa.

El hecho de que exista SIDA tanto en paises pobres como en los ricos es un indicativo claro de que nuestra especie está en peligro: el cuerpo humano ya no aguanta más explotación, ni más tóxicos, ni más pobreza, ni más desnutrición, ni más abuso de todo tipo!

Coincidencialmente, el SIDA aparece en distintos y distantes grupos de personas en la segunda mitad del siglo veinte, en un momento cuando el sistema inmune de los humanos ya esta saturado y se ha deteriorado seriamente, debido a exposiciones múltiples, repetidas y crónicas a agentes estresantes para el sistema inmunológico (14,21). Exposiciones que pueden ser involuntarias a través de las condiciones de vida a que son sometidas las personas y a veces voluntarias a través del estilo de vida a que son forzadas.

En las últimas décadas, estos agentes estresantes han estado en aumento constante tanto en cantidad como en variedad, en todo el planeta (14,21,121,122). Las posibilidades del sistema inmune no son infalibles ni infinitas. Ellas tienen limites. El SIDA es el peor estado de deterioro al que puede llegar el sistema inmune de las personas. En el SIDA no sólamente el sistema inmune sino todos los demás sistemas corporales se encuentran seriamente deteriorados. Con el SIDA se inaugura por lo tanto, una nueva época en la historia de las enfermedades del hombre (123). El incremento de agentes estresantes en el ecosistema humano, está poniendo en serio peligro la preservación de nuestra especie (14,21,123). El SIDA es una campana de alerta! Sin embargo, el VIH no permite ver la grave situación en que se encuentra sumida la especie humana.

Abundantes hechos reales indican, como una variedad de agentes estresantes para el sistema inmune, de origen químico, físico, biológico, mental y nutricional, son los verdaderos agentes etiológicos o causales del SIDA (14-17,123). Los agentes estresantes inmunológicos actuan por sí mismos o estimulan la producción de radicales libres del tipo de los agentes oxidantes, los cuales causan daño entre otras muchas, a las células y a las funciones inmunocompetentes (15,16,123). Desde el punto de vista bioquímico, el SIDA es una enfermedad por exceso de estrés oxidativo (12,15,16,124-130). Esta es la razón por medio de la cual los agentes antioxidantes tienen un papel crucial en el tratamiento y en la prevención del SIDA (132-136).

(3) Propuesta de definición para el SIDA

Para evitar continuar confundiendo a las personas de que VIH y SIDA son una misma cosa, y como lo que se conoce como VIH no es la causa del SIDA y además, como nunca se ha demostrado que este sea un virus real, la palabra VIH debe quitarse de la definición del SIDA.

Sin embargo, cuando las personas escuchan o leen nuestros argumentos de que el VIH no existe, piensan que el SIDA tampoco existe puesto que se les ha hecho creer que VIH es igual a SIDA y viceversa. El mundo ha sido desorientado por las instituciones internacionales encargadas de la salud pública que predican la ecuación: VIH = SIDA = MUERTE. Claro que existe SIDA! pero no es causado por un virus llamado VIH, simplemente porque su existencia jamás se ha demostrada a nivel empírico.

Puede y debe entenderse al SIDA como la más severa de todas las inmunodeficiencias adquiridas, siendo este un síndrome tóxico y nutricional causado por exposiciones múltiples, repetidas y crónicas a agentes estresantes para el sistema inmune, y cuya distribución varía dentro de los grupos de personas que con mayor frecuencia desarrollan el síndrome (15,16,123). Los agentes estresantes inmunológicos ejercen efectos inmunotóxicos, inmunogénicos o ambos, los cuales generan un estado de estrés oxidativo en las células inmunocompetentes y en las reacciones metabólicas del sistema immune y de otros sistemas (123). El deterioro progresivo y continuo del trabajo del sistema inmune, lleva al individuo a un déficit severo de las funciones inmunológicas de defensa, homeostásis, y vigilancia, con la subsiguiente aparición simultanea de infecciones, neoplasias y alteraciones metabólicas. El colapso del sistema inmune causa eventualmente la muerte del individuo (123) (Figure 1).

Antes de que apareciera el SIDA a principios de la década de los ochenta del siglo XX, ya existían otras inmunodeficiencias adquiridas pero jamás de la intensidad y severidad del SIDA. Antes de 1981, las personas con inmunodeficiencias adquiridas presentaban manifestaciones clínicas del deterioro de una o máximo dos de la funciones fundamentales del sistema inmune: defensa contra agentes nocivos, vigilancia del crecimiento de tumores y equilibrio homeostático de todos los sistemas corporales. Pero con el SIDA ocurren ya al mismo tiempo, en forma simultánea y en el mismo individuo, manifestaciones clínicas de deficiencia de las tres funciones del sistema immune; y por esta razón el SIDA se manifiesta clínicamente por medio de infecciones oportunistas, tumors oportunistas y enfermedades metabólicas oportunistas. Oportunistas, puesto que sólo se presentan después de que exista un estado de inmunodeficiencia severa.

(4) Las “pruebas para VIH” no son adecuadas

Las denomidas pruebas para el VIH (ELISA, Western blot, Carga Viral) no son sensibles ni específicas para detectar infección pasada o reciente con el VIH (34-37,136-139).

Mientras no se haya aislado y purificado al VIH y mientras persista la duda acerca de su existencia como un virus verdadero, no es posible garantizar que los resultados positivos en estas pruebas indiquen infección por el VIH (35,37).

Ni Luc Montagnier en el Instituto Pasteur de Paris, ni Robert Gallo en el Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos, ni Jay Levy en la Universidad de California aislaron al VIH como ellos lo sostienen en Science (140-142). Estos investigadores simplemente observaron en cultivos de linfocitos de personas con SIDA o a riesgo de desarrollarlo (estimulados con mutágenos y otros agentes oxidantes), algunas proteinas, algunas enzimas y fragmentos de ácidos nucleicos, pero jamás aislaron partículas virales libres e independiendes, pués ni siquiera siguieron los pasos establecidos internacionalmente para el aislamiento de retrovirus (143,144). Como pensaron que tenían a un virus desintegrado, con las proteinas aisladas de los cultivos prepararon antígenos para detectar anticuerpos en contra de estas proteínas que supuestamente pertenecerian al VIH (pruebas de ELISA y de Western blot); y con los fragmentos de ácido nucleico prepararon los reactivos para la prueba de PCR, llamada arvitrariamente “carga viral”. Sin embago, tanto las proteínas, las enzimas, como los frágmentos de ácidos nucleicos pueden perfectamente corresponder a “proteínas del estrés” (145-148) liberadas por las células de los cultivos estimulados u oxidados o por las células de las personas que han estado sometidas crónicamente a muchos retos antigénicos y tóxicos con el subsiguiente estrés oxidativo, como ocurre con los grupos de personas que con mayor frecuencia desarrollan el SIDA.

Las personas que reaccionan positivamente en estas pruebas no están infectadas con el virus que supuestamente causa el SIDA, denominado arvitrariamente “virus del SIDA”. Estas personas reaccionan positivamente en dichas pruebas, por haber estado expuestas a muchos retos antigénicos y tóxicos y por lo tanto sus sistemas inmunes estan oxidados y debilitados y esta es la razón por la cual estas personas tienen un mayor riesgo de desarrollar el SIDA (15,16) y por lo tanto deberán tomar precauciones por el resto de su existencia.

El fenómeno conocido como VIH es entonces un marcador de intoxicación crónica e inmunodeficiencia (17,22,149) pero no es la causa del SIDA, antes por el contrario, el fenómeno VIH es una consecuencia de la patogénesis del SIDA (17,20,22).

Por lo tanto, ser “VIH positivo” o “Seropositivo” no indica estar infectado sino estar intoxicado u oxidado; no indica tampoco haberse “infectado” a través de sus relaciones sexuales, ni durante el embarazo, el parto ni la lactancia. Las personas VIH positivas tampoco tienen peligro de infectar a nadie, puesto que jamás se ha demostrado que el VIH sea un virus verdadero.

(5) Por qué se cometió el error acerca de las causas del SIDA

Este error se cometió debido a cinco factores fundamentales: prejuicio microbiológico, homofobia, racismo, corrupción social y crisis del establecimiento científico.

5.1. Prejuicio microbiológico. El exceso de teoría infecciosa o prejuicio microbiológico en la mente de investigadores, profesionales de la salud, periodistas y en el público en general, ayudó a que se cometiera este error y lo mantiene y perpetua. Este prejuicio proviene de la exageración de la teoría germinal promulgada por Pasteur y Koch, la cual brindó a su tiempo beneficios a la medicina. Desafortunadamente, hoy se sigue pensando como a finales del siglo XIX, que todo es infeccioso, que todo se contagia y que debe haber un microbio que lo cause. El mundo se preparó a través de un siglo de pánico a los microbios, para cometer el error acerca de la etiología del sida. No había manera de evitarlo.

5.2. Homofobia. El hecho de que los primeros casos del SIDA se presentaran en hombres de la comunidad “gay” Americana ha aumentado los instintos homofóbicos de todas las esferas de la sociedad contemporánea. Debido a la alta frecuencia del SIDA en hombres homosexuales de países industrializados, se decidió arvitrariamente que esta enfermedad se transmitía por relaciones sexuales anales, sin embargo, no existe ninguna evidencia científica de la llamada transmición sexual del SIDA.

5.3. Racismo. El hecho del incremento del SIDA en la comunidad negra americana y en las comunidades pobres del Africa, ha permitido que investigadores estadounidenses y europeos propongan que el SIDA se originó en el Africa debido a relaciones inapropiadas entre africanos y animales (150-152); para lo cual tampoco existe ninguna evidencia objetiva. Son simples concepciones racistas en las mentes de algunos investigadores que defienden al VIH como la causa del SIDA.

5.4. La corrupción de todas las esferas de la sociedad es otro factor que ayudó a que se cometiera el error y lo perpetua (153-155). Muchos investigadores trabajan no por el interés de servicio a sus semejates, sino por conseguir fama, reconocimientos y premios (153). El caso de la mala conducta científica del Dr. Robert Gallo del Instituto Nacional de Cancer de los Estados Unidos, en sus investigaciones para “inventar” (no descubrir) al “virus del SIDA” es de conocimiento de la comunidad cientifica internacional y del público (156).

Además, se ha creado una industria del SIDA muy rentable y aquellos cientos de miles que se benefician de ella, se oponen y se opondrán con todas sus fuerzas a que se corrija el rumbo (157,158).

5.5. Otro de los hechos que mas favoreció llegar al error cometido está en la crísis que vive el establecimiento científico y por consiguiente en sus fallas en la metodología investigativa, es decir, en el incumplimiento de los requerimientos epidemiológicos (159). Ninguno de los postulados en que se basa la teoría infecciosa del SIDA cumple los requisitos del método investigativo. El SIDA no cumple los postulados de Koch (160,161) ni los demás requisitos de la epidemiología para ser una enfermedad infecciosa (162-167). Ninguna de las bases de la hipótesis VIH-sida, ha sido demostrada a nivel objetivo. No son más que simples suposiciones teóricas creadas por las mentes de los generadores de esa teoría.

Prácticamente, el mundo entero se acostumbró a creer todo lo que nos dicen los llamados hombres de ciencia. Infortunadamente en la actualidad, la capacidad crítica y de cuestionamiento de las personas es prácticamente nula. No se piden las pruebas necesarias para las afirmaciones aparentemente científicas y con frecuencia los asuntos de la ciencia se definen en ruedas de prensa (168-170).

La peor epidemia que sufre el mundo contemporáneo, es una epidemia de crisis del establecimiento científico (168-173). Esta es mucho más extensa que la epidemia del SIDA. La creencia internacional de que el SIDA es una enfermedad infecciosa y de transmisión sexual, es una de las consecuencias de la crísis del establecimiento científico. Y sobrevendrán más consecuencias, a no ser que corrijamos el rumbo y tomemos una vía pavimentada con una metodología investigativa auténticamente objetiva.

La comunidad científica se ha equivocado muchas veces en el último siglo al considerar infecciosas muchas enfermedades que no lo son, como sucedió con la pelagra, el escorbuto y el beriberi, para mencionar sólo algunos ejemplos (8,16). El error cometido esta vez con el SIDA, tiene una magnitud muchisimo mayor por las repercusiones catastróficas sobre miles de personas que sufren de este síndrome tóxico/nutricional en diferentes grupos sociales de todos los continentes. La culpabilidad del error cometido con el SIDA, recae sobre algunos pocos investigadores e instituciones de salud del gobierno de los Estados Unido como los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC) y los Institutos Nacionales de Salud, a los cuales les hace eco la Organizacion Mundial de La Salud y la ONUSIDA, estas dos últimas, agencias de las Naciones Unidas (ONU). La mayoría de las personas del mundo, simplemente le creyó ciegamente a los “hombres de ciencia” del norte.

(6) Tratamiento y prevención del SIDA

El enfoque del SIDA como enfermedad tóxica, nutricional y oxidativa permite que esta pueda tratarse, prevenirse y erradicarse en forma efectiva, fácil y barata (174,175), como se esta logrando en muchos paises.

Para el tratamiento del SIDA deben aplicarse los principios básicos del tratamiento de las enfermedades tóxico-degenerativas crónicas: Debe suspenderse al máximo posible la exposición a agentes estresantes, desintoxicar los órganos y sistemas intoxicados y estimular al sistema inmune y otros que se encuentren debilitados (174-176). Ocho pasos fundamentales deben seguirse para el tratamiento y la prevención del SIDA:
http://www.robertogiraldo.com/esp/articulos/Tratamiento_y_Prevencion_2002.html
(I)
Señalar las causas reales del SIDA
(II)
Diagnosticar con bases clínicas y de laboratorio
(III)
Evitar exposición a agentes estresantes inmunológicos
(IV)
Desintoxicar al sistema immune y otros sistemas
(V)
Estimular y regenerar al sistema immune y otros sistemas
(VI)
Tratar las manifestaciones clínicas del SIDA, cuando se presenten
(VII)
Preferir medidas naturales
(VIII)
Hacerlo en el momento adecuado

Medicamentos tales como el AZT, inhibidores de proteasa y otros antiretrovirales similares, deben eliminarse del tratamiento y de la prevención del SIDA, debido a que son agentes inmunotóxicos que contribuyen a generar el síndrome (177-183). Tampoco tiene sentido utilizar medicamentos para impedir la replicación del VIH, puesto que nunca se ha demostrado científicamente que este tenga algún papel causal en la patogénesis del SIDA. Además, es absurdo tratar de destruir a un virus cuya existencia jamás se ha demostrado.

Los inhibidores de proteasa son medicamentos altamente tóxicos para todas las células humanas, pués todas utilizan proteasas para sus reacciones metabólicas (178). Sin embargo, la acción antioxidante de los ihibidores de proteasa (184) hace que al comienzo de su uso haya una disminución transitoria de la prueba conocida como “carga viral” que no es otra cosa que carga de oxidación o intoxicación. Pero la misma acción y aún mejor puede lograrse, en forma permanente, con agentes antioxidantes y además, sin las acciones tóxicas de los inhibidores de proteasa sobre todos los órganos y sistemas corporales.

El control y la erradicación del SIDA son por lo tanto fácilmente posibles y ello depende del que se eviten las exposiciones a agentes estresantes inmunológicos, se desintoxique al individuo y se estimulen los órganos y sistemas debilitados (174,175). Debe erradicarse el mito de que ser “VIH-positivo” indica estar infectado con el virus que supuestamente causa el SIDA, puesto que ser “VIH-positivo” o “seropositivo” en realidad significa estar intoxicado u oxidado (12,34,138,139). La simple creencia o temor de estar infectado con “el virus del SIDA” es terriblemente tóxica para el sistema immune y se ha convertido en una nueva causa del SIDA (51,52,185). Derrotar al miedo es el primer requisito para lograr éxito en el tratamiento y la prevención del SIDA (186).

Los programas y campañas actuales de prevención del SIDA, basados fundamentalmente en el denominado “sexo seguro”, con distribución generalizada de condones, no solo no han logrado disminuir las cifras del SIDA, sino que han promovido la promiscuidad. Sin embargo, los condones (sin latex ni lubricantes tóxicos), deben seguirse usando para evitar enfermedades auténticamente de transmisión sexual como la gonorrea y la sífilis, para evitar embarazos no deseados y para evitar las acciones inmunosupresoras del semen (41-43).

Igualmente las campañas estadounidenses de regalar jeringas “limpias” (sin VIH) a los drogadictos, además de ayudar a generar el SIDA, estimulan la drogadicción y el tráfico de drogas. Todas las drogas sicoactivas que se introducen al cuerpo por cualquier vía, son inmunotóxicos potentes (44-49).

Debido a que el SIDA es una enfermedad tóxica y nutricional y a que la medicina convencional o halópata no conoce bién la forma de desintoxicar y estimular en forma no tóxica, a los diferentes órganos y sistemas corporales que se encuentran crónicamente intoxicados, es ideal que además de los profesionales de la salud convencionales, se consulte a terapistas complementarios, alternativos u holísticos, puesto que estos utilizan técnicas terapéuticas de reconocida efectividad para el tratamiento y la prevención de enfermedades degenerativas tóxicas y nutricionales como el SIDA (174).

Diferentes técnicas nutricionales, energéticas, magnéticas, físicas, mentales y espirituales han demostrado y continuan mostrando efectividad tanto en la desintoxicación como en la estimulación y regeneración del sistema immune y otros sistemas de las personas “VIH positivas” y de los enfermos con SIDA (174). Algunas de ellas son homeopatía y medicina naturista, acupuntura y moxibustión, terapia neural, digitopuntura, medicina china, fitoterapia, terapia nutricional, terapia con agents quelantes, hidroterapia, terapia con agua de mar, reflejoterapia, masaje linfático, ayurveda, flores de Bach, hipertermia, oxigenoterapia biocatalítica, aromaterapia, masaje terapeutico, arteterapia, crómoterapia, hipnosis, yoga, t’ai-chi-chih, qigong or chi kung, tuina o masaje chino, reiki, magnetoterapia, sofrología, medicina ortomolecular, medicina functional y cuidado espiritual (174). Al igual que como sucede con la medicina convencional, la efectividad de cada una de estas técnicas terapeuticas depende en gran medida del conocimiento y experiencia de quien las aplique y de la aceptación por parte de quien las recibe. La mayor efectividad se logra al aplicar a una persona al mismo tiempo, varias de estas terapias.

A los interesados en conocer mas detalladamente estas propuestas alternativas para el tratamiento y la prevención del SIDA, se les sugiere estudiar cuidadosamente dos artículos:

“Tratamiento y prevención del SIDA: guía de principios básicos para una alternativa no tóxica, efectiva y barata” (174).
http://www.robertogiraldo.com/esp/articulos/Tratamiento_y_Prevencion_2002.html

“Terapia nutricional para el tratamiento y la prevención del SIDA: bases científicas” (175).
http://www.robertogiraldo.com/esp/articulos/TerapiaNutricional.html

(7) Conclusiones

7.1. No hay evidencias científicas de que el VIH sea la causa del SIDA. Aún mas, todo parece indicar que el VIH ni siquiera existe.

7.2. La verdadera causa del SIDA son las exposiciones múltiples repetidas y crónicas a una variedad de agentes estresantes inmunológicos de origen químico, físico, biológico, mental y nutricional. Estos varían de persona a persona, de grupo de riesgo a gupo de riesgo y de país a país. En paises desarrollados el principal factor de riesgo para el SIDA es el uso de drogas sicoactivas y en los paises subdesarrollados el principal factor de riesgo para este síndrome es la pobreza con todas sus consecuencias.

7.3. La hipótesis tóxico/nutricional del SIDA resuelve todos los problemas que la hipótesis infecciosa/viral no ha logrado resolver, a pesar de las millonarias sumas invertidas en investigación, prevención y cuidado de los pacientes.

7.4. Las pruebas para VIH: ELISA, Western blot y Carga Viral (PCR) no son específicas para detectar infección VIH.

7.5. Para el tratamiento y la prevención del SIDA deben suspenderse al máximo posible la exposición a agentes estresantes, desintoxicar los organos y sistemas intoxicados y estimular al sistema inmune y otros que se encuentren debilitados. Los medicamentos antirretrovirales son inmunotóxicos potentes y pueden generar el SIDA por sí mísmos.

7.6. El SIDA es el peor estado de deterioro al que puede llegar el sistema inmune de las personas. En el SIDA otros sistemas corporales se encuentran también seriamente deteriorados. Con el SIDA se inaugura por lo tanto, una nueva época en la historia de las enfermedades del hombre. El incremento de agentes estresantes en el ecosistema humano, está poniendo en serio peligro la preservación de nuestra especie. El SIDA es una campana de alerta! Sin embargo, el fenómeno conocido como VIH encubre y no permite ver el peligro en que se encuentra sumida nuestra especie.

7.7. El error acerca de las causas del SIDA se cometió debido a cinco factores fundamentales: prejuicio microbiológico, homofobia, racismo, corrupción social y crisis del establecimiento científico.

7.8. El análisis, entendimiento y resolución del error cometido acerca de la causa del SIDA, obligará a las autoridades médicas mundiales a replantear sus tácticas y estrategias en el cuidado de la salud de las personas. Cuestionará, hará diagnósticos y planteará soluciones a las formas injustas como se relacionan socialmente los hombres de la sociedad contemporánea, y que en última instancia son las responsables de la existencia del SIDA.

7.9. El salir de la crísis es un problema que compete a todos: La gravedad de esta situación exige que actuemos en consecuencia y con resolución. La única forma de evitar que se continue comentiendo, a nombre de la ciencia, este genicidio, es creando cientos de miles de organizaciones no gubernamentales (ONG) en todos los paises y por medio de estas difundir las verdades acerca del SIDA como enfermedad tóxica y nutricional perfectamente curable, y no infecciosa ni viral como se nos ha intentado hacer creer. Además, es importante que las personas curadas del SIDA se agrupen en las ONGs para que desde allí puedan ayudar al tratamiento y la prevención del SIDA de otras personas.

7.10. Una información más detallada sobre el debate científico internacional acerca de las causas y soluciones del SIDA, puede encontrase en los siguientes sitios del Internet:
www.robertogiraldo.com
www.amcmh.org
www.geocities.com/vihlapuerta/
www.vivoysanomexico.com
www.free-news.org
www.holistika.net
www.duesberg.com
www.theperthgroup.com
www.virusmyth.net
www.aliveandwell.org
www.healaids.com
http://davidcrowe.ca/SciHealthEnv/index.html

(Omiti bibliografía)


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